viernes, 12 de octubre de 2012


Periodismo VII. Periodismo amarillo


Se puede considerar al periodismo amarillo todo aquel que sigue fines exclusivamente económicos sin importar importar el proceso. Esto esta relacionado con el sensacionalismo donde la información es inventada, alterada o exagerada agregándole morbo a los sucesos, despertando la curiosidad malsana de las personas; olvidando uno de los principios básicos del periodismo: orientar. Otra denominación de periodismo amarillo podría ser, aquella clase de periodismo que busca distraer al público de temas importantes mediante asuntos sin sentido. Pero es particularmente necesario la fotografía y su habilidad para llamar la atención a través de montajes y retoques. Unos creen que recibió el nombre de periodismo amarillo por las páginas de los periódicos y otro or la caricatura “The Yellow Kid” hecha por Richard F. Outcaut. Estas historietas atrajeron gran interés, por lo que aumento la competencia entre Pulitzer y Hearst. 
Este tipo de prensa es bastante difundido en la prensa periódica popular, ilustrada y semanaria en los que se ofrece información macabra, sentimental, erótica, pseudocientífica, de crimen, catástrofe, rapto, atraco, vicio, escándalo, etcétera. Además, de cambiar la estructura establecida de la noticia. El periodismo amarillo se dirige a un público mal formado y progresa en las democracias donde se utiliza libertad informativa para menospreciar a los hombres. Esta clase de periodismo es ejercido por periodistas pocos escrupulosos a los que la ambición le ha ganado a la moral. 
Este tipo de prensa surgió en Nueva York con Pulitzer y Hearst, el primero trato de ganarle a la rutina a través de la exageración de hechos y de enfocarlos desde perspectivas diferentes a las de la época. Hearst creía que toda información le interesaba a todos, por eso creaba las noticias. Al mismo tiempo se desarrollo la empresa periodística y de los medios tecnológicos. El Journal de Hearst al tener tanto éxito fue imitado por periódicos en Estados Unidos y Europa. 

Egula, C. (1991). Periodismo VII. Periodismo Amarillo. Enciclopedia GER. En: http://www.canalsocial.net/ger/ficha_GER.asp?id=9951&cat=medioinformacion

Imagen tomada de: http://www.evesmag.com/hearstjournal.jpg

Sobre prensa amarillista



Debemos hablar sobre un tema muy popular en la actualidad, el amarillismo. Las publicaciones amarillistas son las más vendidas, a pesar de no aportar nada a la sociedad; el publico solo se interesa en el morbo que la publicación le puede ofrecer, gran parte del mismo, se deja llevar por titulares e imágenes impactantes que por el verdadero contenido. La principal característica del periodismo amarillo es el uso de imágenes y titulares que llegan a tener un impacto inmediato debido al contenido “obsceno” que maneja, además de una gran saturación de colores. Las principales temáticas son crímenes y la vida pública de personas socialmente reconocidas.  
La prensa amarillista se desarrolla con dos personajes el primero de ellos es Joseph Pulitzer, responsable del Post Dispatch y New York World, sostenía que el periodismo no devisa solo informar sino que también debía conmover y provocar; de esta forma de pensar se debe que cada publicación tuviese que ser atrayente para el público con imágenes y textos llamativos, así lograban conseguir cada vez mas lectores. En segundo lugar está William Randolph Hearst, él era aprendiz en el New York World para aprender la técnica amarillista, luego de recibir una cuantiosa herencia de su padre compra el New York Morning Journal, desarrolla un ambicioso plan para igualar y superar a Pulitzer. El plan de Hearst era claro debía bajar el precio de las publicaciones y hacerlas más escandalosas, además de robar los mejores periodistas de New York World; con esto, logro el periódico aumentara considerablemente las ventas en dos años, posicionándolo como uno de los mas leídos.
Aquí abajo el autor testifica como el periodismo en su país México se ha marcado en varios periódicos, dando su opinión sobre regular el periodismo y la necesidad que tiene algunas personas de buscar medios poco divulgados que si trabajen la información de forma veraz. Hablas sobre el esfuerzo que se debe realizar como país, la obligación de exigir información importante y real.

Vegaa, B. (2011). Sobre prensa amarillista. El cafetín de las 5. Agosto 15. En: http://elcafetindelas5.com/2011/08/15/sobre-prensa-amarillista/

Imagen tomada de: http://elcafetindelas5.files.wordpress.com/2011/08/lincoln_squirrel_2930.jpg

El origen del «periodismo amarillo»

Richard Felton Outcault 

Cuando se califica a un periodista como «amarillo», en realidad se le está regalando el mejor de los elogios. Le contamos la historia.
En 1896 nace la primera historieta coloreada es The Yellow Kid; una historieta de un chico, de origen chino, al que le ocurren las más diversas historias. Gracias a la túnica amarilla que usa un tipo de periodismo recibe el nombre de periodismo amarillo. Túnica sobre la cual se ponían los diálogos del personaje. Este personaje fue creado por orden de Joseph Pulitzer al dibujante Richard Felton Outcault, en la serie llamada Hogan’s Alley. Al mismo tiempo se desarrolla una lucha por contratar a los mejores caricaturistas en cada periódico. Todo este proceso se realizo en contra de William Randolph Hearst con el periódico New York Herald, en 1902 Hearst contrata a Felton para crear la caricatura llamada “Buster Brown”, que es todo lo opuesto a “The Yellow Kid”; al narrar la vida de un niño de familia adinerada y como vive en el estilo de vida burgués.
Varios periódicos siguieron la idea de crear personajes de este estilo; un ejemplo es, “The Katzenjammer Kids” creada por Rudolph Dirks en 1897, donde parodia a dos mellizos, emigrantes y de origen alemán. Al extenderse esa fama por todos los periódicos, la problemática entre Pulitzer y Hearst empeoro hasta que el primero perdió una demanda y tuvo que continuar la historia “The Yellow Kid” con otro dibujante. La justicia favoreció a Hearst aunque dejo en claro que se podía seguir publicando la historia, independientemente del dibujante. Según el autor, así se demostró que el estilo periodístico era un mero negocio económico, por encima de la impronta o el talento. 
De ahí se desarrolla el concepto de periodismo amarillo mencionado en varios sitios, el decirle a un periodista «amarillo» es comúnmente referido a que exagera las noticias, pero es todo lo contrario, solo se le está relacionando con el apellido Pulitzer; el premio más importante al que puede aspirar un periodista. Para criticar a un periodista hay que utilizar el término «sensacionalista».

López, D. El origen del «periodismo amarillo». Diario Digital El Vigía. En: http://www.agenciaelvigia.com.ar/amarillo.htm

Imagen tomada de: http://www.britannica.com/EBchecked/media/129223/Richard-Felton-Outcault-1905

jueves, 11 de octubre de 2012

El sensacionalismo para el pueblo: "Tinta Amarilla"


“Si un periódico es un servicio real al público, este debe tener una gran circulación porque la circulación significa avisos y los avisos significa dinero y el dinero significa independencia” Joseph Pulitzer

Joseph Pulitzer, un humilde húngaro judío que vivía en Estados Unidos, y William Randolph Hearst, un californiano adinerado, son considerados los padres del “Amarillismo”. A pesar de pertenecer a clases sociales y haber vivido en contextos muy diferentes, ambos iniciaron sus medios con el fin de informar a las clases populares, sin distinción alguna de partido o ideología. Sin embargo ambos buscaban a través de sus periódicos alcanzar la mayor cantidad de lucro posible, llegando al punto de tergiversar la información o inventársela para causar conmoción. Alex León, en su artículo Tinta Amarilla (León, 2006), habla de la fundación del sensacionalismo por Joseph Pulitzer y su posterior enfrentamiento con Hearst, haciendo énfasis en la vida y los ideales del primero a través de esta nueva forma de hacer periodismo.

Joseph Pulitzer adquiere su primer trabajo como periodista gracias a que se hizo amigo de un abogado que conoció en una biblioteca y que escribía en el periódico Westlich Post. Cuando tiene la oportunidad de redactar una noticia sobre un robo, su éxito se hace evidente, generando que los ejemplares se agoten y que su estilo de frases cortas y contundentes, que cuentan la realidad tal y como es, se hagan famosas dentro de la sociedad. Revolucionando la forma de contar las noticias, es considerado un riesgo para la existencia de los otros medios, por lo que sus acciones en el periódico son compradas a un alto precio, se hace millonario y compra el Post Dispatch de San Diego, cuya edición bajo su mando empieza con las siguientes palabras: “El periódico saldrá a las calles con esta declaración: “El post Dispatch no servirá a otro partido que al pueblo: no será órgano del republicanismo sino órgano de la verdad; no seguirá causas sino conclusiones; no apoyará a la administración sino la criticará, se opondrá a todos los fraudes e imposturas abogará por principios e ideas y no por prejuicios y partidismos” (Ibíd.2006).

Con cierto tono de imparcialidad, Pulitzer sigue ganando éxito contratando los mejores escritores y dibujantes y modificando la forma de redactar las noticias, imponiendo su estilo capaz de generar sentimientos, emociones y conmoción en los lectores, así como tenía en cuenta todo lo que estos le manifestaban, otorgándoles  a sus cartas, tanto de aprobación como de indignación, un espacio en su periódico. Años después se traslada a Nueva York y compra The New York World, donde comienza una batalla mediática con uno de sus discípulos, William Randolph Hearst, quien después de haber trabajado con él varios años, decidió comprar otro periódico, The New York Journal, con el mismo modelo de su maestro. Este enfrentamiento lleva al uso de estrategias que iban en contra de la ética periodística, pues el afán de obtener más lectores y mayores ganancias, llevó a que deformaran los hechos, presentaran declaraciones falsas o fuera de contexto, exageraran historias, que durante la Guerra de Independencia de Cuba llevaron a que la población decidiera apoyar la intervención de Estados Unidos, ocasionando la guerra Hispanoamericana. Las estrategias de Hearst fueron más radicales, significándole su triunfo sobre su maestro, a pesar de que éste haya logrado un fallo a favor de la libertad de prensa, después de destapar un hecho de corrupción que involucró a la familia del presidente Roosevelt, durante la compra de los derechos de construcción del Canal de Panamá. Estos compraron la concesión de manos de una compañía francesa a 3,5 millones de dólares y los venden a terceros por 40 millones. Cuando Pulitzer muere en 1911, el sensacionalismo queda en manos de Hearst quien años después va a la quiebra por la Gran Depresión de 1929.

El sensacionalismo creado por Joseph Pulitzer, defendía la idea de que su medio iba a ofrecer noticias que los lectores no encontrarían en otro, que contarían los hechos tal y como habían sucedido, con toda su crudeza, pero que no responderían a ningún interés político o ideológico sino sólo a las expectativas del pueblo. Con el enfrentamiento con Hearst, sus principios se van tornando en medidas con fines destinados más hacia el lucro, pues a través de la competencia iban a demostrar cual era el medio más popular en la sociedad, el más comprado y el más leído, defendiendo fines económicos. A pesar de que su forma de narrar la noticia se hace más radical, no lo es tanto como Hearst, llevando con sus publicaciones a que se desencadenaran guerras y movilizaciones de población en contra de los españoles y a favor de quienes se sublevaran ante ellos, así fueran héroes inventados, como Evangelina Cisneros. Fue así como ideales de información para las clases populares, se transforma en una batalla mediática en busca de ingresos.

El sensacionalismo, ¿cuarto poder?: "Hearst contra Pulitzer: El cuarto poder"


"Mis periódicos no trasmiten noticias, las crean" William Randolph Hearst.
William Randolph Hearst, hijo de uno de los muchos hombres que decidieron viajar al oeste de los Estados Unidos durante la “Fiebre del Oro”; nacido en una familia adinerada por los viajes que hacía su padre comprando y vendiendo minas, hasta que encuentran un yacimiento de plata y cobre que los enriquece, es el origen de aquel hombre que creó una prensa popular, destinada a atraer la atención de las clases bajas, y que criticó el papel de las familias ricas del este, tanto en los medios como en la política. Esta perspectiva de Hearst, no sólo como el creador del sensacionalismo sino como un hombre que rechazaba a las élites, amaba el arte, fracasó en la política y tuvo su propia productora de cine, se abarca en el artículo, Hearst contra Pulitzer: el cuarto poder (Reig,2009), de Ramiro Reig, para el diario español La opinión Coruña, haciendo énfasis en la importancia que el periodismo amarillo llegó a tener, a finales del siglo XIX y principios del XX, como ente de gran influencia sobre las masas, considerándolo “el cuarto poder”.
William Randolph Hearst fue un californiano que nació en medio de riquezas, teniendo la oportunidad de viajar a Europa, estudiar en Harvard y comprar sus propios medios de comunicación, como el diario The New York Journal. Sin embargo, a pesar del dinero que tenía, con el contacto que tuvo con jóvenes de prestigiosas familias del este, a los que consideraba engreídos, crea un sentimiento de rechazo hacia ellos, enorgulleciéndose de ser del oeste y haciendo manifiesto este odio en los medios que fue adquiriendo, usándolos para atacarlos y para llevar información a las clases populares. Este último fin, lo logró apelando a los sentimientos y emociones del público, exagerando las noticias o inventándoselas, viéndolos también como una fuente de ingresos. De esta forma da origen al sensacionalismo, el cual se hace evidente a través de la batalla que disputa con el periódico de Joseph Pulitzer, The New York World, durante la guerra Hispanoamericana, donde “El Journal, en una doble edición de mañana y tarde, alcanzó la increíble cifra de un millón de ejemplares” (Ibíd. 2009). En ese entonces, Hearst ganó gracias a las historias de Evangelina Cisneros y la voladura del Maine, sin embargo, el World de Pulitzer también tuvo la oportunidad de lograr grandes exclusivas, como el escándalo de la compra de los derechos de construcción del Canal de Panamá, donde estaban involucrados familiares y amigos del presidente Roosevelt, así como el soborno a varios militares colombianos para que apoyaran la separación de Panamá. De esta manera, el californiano no gana la batalla hasta la muerte de Pulitzer en 1911.
Ramiro Reig enfatiza que esta batalla demostró la forma en que los medios eran capaces de manipular las masas, pues los periódicos contenían versiones sesgadas de la realidad, noticias falsas, inventadas, sin comprobar, pero que movilizaron a la población a apoyar la independencia de cuba y a mantener un rechazo ante la hegemonía española. Después de ser el vencedor, Hearst compra otros 40 medios, aumentando su capacidad para manipular a la población, en este caso, expresando su rechazo frente a las élites, hasta tal punto que decide involucrarse en política, compitiendo con Theodore Roosevelt, pero es derrotado en las elecciones por la Gobernación del estado de Nueva York. En este caso, como afirma el autor, “El cuarto poder fue derrotado por la maquinaria de los partidos” (Ibíd. 2009). Hearst crea entonces su propia productora de cine, la Cosmopolitan Pictures valiéndose de ella para transmitir la información de sus periódicos a muchas más personas, asesorándose de la MGM, la cual publicitaban en los diarios. De esta forma el periodismo llegaba también a las salas de cine, garantizando un consumo más amplio de sus noticias y sobre todo de sus medios. Con el dinero recaudado por sus empresas, el dueño del Journal compra gran cantidad de obras de arte, vicio que lo lleva a la quiebra años después, cuando gasta toda la fortuna heredada por sus padres y no es capaz de solucionar la crisis de sus periódicos durante la Gran Depresión de 1929, donde la gente pierde su poder adquisitivo y aparecen medios que llevan el sensacionalismo al extremo, medios contra  los cuales ya no puede competir.
De esta manera, Reig se acerca a una visión de William Randolph Hearst, no sólo como el creador del sensacionalismo y del cuarto poder, con la entrada del periodismo en varios ámbitos como la política y el cine, sino que también lo aborda como un hombre cuyo repudio ante las élites lo llevó a motivar muchas de acciones pero que como ellas, por el afán de dinero, lujos y riquezas, se llevó a sí mismo a la quiebra.

Reig, R (2009). Hearst contra Pulitzer: el cuarto poder. La opinión Coruña.es. Economía. Edición del 15 de Marzo. En: http://www.laopinioncoruna.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009031500_10_268781__Economia-Hearts-contra-Pulitzer-cuarto-poder

Imagen tomada de: http://cristinasaez.wordpress.com/2008/12/01/hearst-o-como-se-gesto-la-guerra-de-cuba/

miércoles, 10 de octubre de 2012

Reflexión: ¿El sensacionalismo en detrimento de la prensa informativa?

Cuando se piensa en sensacionalismo o en prensa amarilla, generalmente se asocia al periodismo que relata la crudeza de la realidad, que la exagera y la amplia ante los ojos del lector sin reparo alguno en la presentación de situaciones sangrientas, violentas o absurdas. Este tipo de periodismo, creado a finales del SXVIII por Joseph Pulitzer y William Randolph Hearst, no solamente fue producto de la ambición de los dueños de los medios de comunicación para obtener grandes ganancias, atrayendo la atención del público con el relato de increíbles sucesos, sino que también representa una ruptura con la prensa netamente informativa, “seria”, según Francisco Javier Acuña Arias en su texto Clinton, Diana ¿Dónde se metieron los periódicos serios? (Acuña, 1999)

Los seres humanos, con el fin de comprender lo ocurre a su alrededor, recurren a la figura del mito, valiéndose de la fantasía y privilegiando la experiencia de los sentidos. “La realidad es demasiado enmarañada como para absorberla tal como viene, sin mediación mitológica” (Ibíd,1999) afirma Acuña.  El periodismo informativo se acerca a la realidad de forma objetiva, como lo afirma el autor, así su utilización no corresponda completamente a este ejercicio, pues en todo relato se encuentra la subjetividad de su autor. El sensacionalismo por su parte, acercándose a los hechos que generan gran impacto en el público, apelan a su sensibilidad, a sus emociones, a su identidad, obteniendo un mayor prestigio frente al primero y por tanto fomentando su detrimento; pues ante tal éxito, la prensa “seria” ha ido desviando su curso en busca de mejores condiciones económicas y competitivas. Esta cierta similitud con la mitología lleva  que el amarillismo se consolide con fuerza en la sociedad ante la frialdad de la noticia, desviando su mirada hacia los hechos que tienen la capacidad de sorprender y conmover, dejando en un segundo plano la veracidad de los hechos y su análisis, transformando al ejercicio periodístico en uno superficial.

Este detrimento de la labor de la prensa informativa lleva a que se pierda su credibilidad, pues mientras el sensacionalismo va imponiéndose en los medios, con fines de lucro, a través del mal manejo de los hechos, exagerándolos o creando grandes historias sin que estas hubieran sido comprobadas, fomenta que el público no se enfrente con lo que realmente está ocurriendo y lo obliga, en cambio, a responder a los intereses y a las posiciones específicas que sus dueños buscan transmitir. "La prensa, vestida siempre con los rojos de la objetividad y de la dignidad, resulta cada vez más instrumento de manipulación informativa, de comunicación sesgada y, en fin, de presión económica, política e ideológica” (Chomsky, citado en Ibíd.1999). De esta forma, el público está siendo manipulando por la prensa, que se vale de estrategias éticamente inaceptables para atraer adeptos y vender más. Hearst, en este sentido, debe su éxito frente a Pulitzer, a que fue más radical en su forma de relatar la noticia, contándola sin escrúpulos, fomentando el morbo, usando declaraciones fuera de contexto o que jamás fueron dichas o engrandeciendo historias, como hizo con el caso de Evangelina Cisneros, considerando a la mujer como una heroína que luchaba por la libertad de los cubanos, difundiendo a su vez un sentimiento de rechazo frente a la hegemonía española por parte de los norteamericanos. Su periódico The New York Journal se transformó entonces en un instrumento de manipulación de la población, donde a partir de información no comprobada o incluso inventada, patrocinó la guerra Hispanoamericana, porque representaría, de la misma forma, un acontecimiento que alimentaría las expectativas de los lectores y que los mantendría atentos al medio por más tiempo y por tanto le generarían más ganancias.

De esta forma es como el sensacionalismo, a pesar de que se ajusta a la narrativa que le permite al hombre acercarse a su realidad, maneja a la información de forma éticamente incorrecta, pues no cumple con la veracidad ni con la profundidad necesaria para que el público tenga realmente conocimiento de aquello que lo rodea, jugando con sus expectativas, emociones y sentimientos y encaminándolos a los intereses políticos y económicos de los dueños de los medios, llevando a un detrimento de la prensa informativa, “seria”, cuyo fin era, como su nombre lo indicaba, informar. “La función fundamental de la prensa es informar, pero no entretener. Para eso hay otros medios. No cabe duda que el amarillismo forma parte de la historia de la prensa desde que ésta existe, y seguirá siendo así en tanto en cuanto la condición humana no cambie. Hay que evitar es que no se alcancen cotas de superficialidad preocupantes, porque en ese caso la labor periodística quedaría en entredicho” (Ibíd, 1999).

Acuña, F (1999). Clinton, Diana ¿Dónde se metieron los periódicos serios?. Revista Latina de Comunicación social. La Laguna. Octubre. N°22. Tenerife. En: http://www.ull.es/publicaciones/latina/36fcoarias.htm


martes, 9 de octubre de 2012

Reflexión: La prensa amarilla como fuente de manipulación del público

La guerra de Independencia de Cuba fue uno de los acontecimientos que impulsó la expansión acelerada de la prensa amarilla en Estados Unidos, ya que fue un hecho que, al mantener el interés de toda una nación, significaría el aumento del tiraje y de la comercialización de periódicos. William Randolph Hearst y Joseph Pulitzer, dueños de The New York Journal y The New York World, respectivamente, vieron entonces la oportunidad para conseguir más lectores, a través de una batalla en la que medios poco convencionales, en contra de la ética periodística, fueron utilizados, como fue inventar noticias, exagerar otras o presentar determinados hechos y declaraciones fuera de contexto, tergiversando la realidad y encaminándola a la satisfacción de sus intereses económicos y de la imagen de su país. Enrique Pérez-Cisneros se refiere a esta situación diciendo que “Para Hearst así como para Pulitzer lo importante era destacar cuanta noticia fuera favorable a la causa de los separatistas o adversa al gobierno de Madrid, ignorando o subestimando cualquier medida política o acción bélica que pudiera beneficiar a España. De ser menester las noticias se fabricaban o se exageraban. Además ni el Journal ni el World tenían reparo en atribuir declaraciones a quienes no las habían formulado o en citarlas fuera de contexto” (Pérez-Cisneros, Pág19). Su labor periodística estaba destinada a obtener ganancias, valiéndose de los requerimientos de información que tenían los norteamericanos, manipulándolos a partir de una versión sesgada de los hechos.
De esta manera, por ejemplo, ante el caso de una joven cubana cuyo padre fue apresado y asesinado por apoyar la revolución y, por consiguiente, la independencia, Hearst construyó la imagen de una heroína, creando una historia que atrajo la atención del público y que lo mantuvo en suspenso durante cada una de las entregas del periódico. Evangelina Cisneros era una mujer que fue acusada de apoyar la insurrección, por haber solicitado a un militar español que liberara a su padre. Por esta razón es apresada y su historia permanece oculta hasta que Hearst se entera y la transforma en la de una mártir, la “Juana de Arco” que “no era tan sólo de admirar por su hermosura, sino que demostró en todo momento, una singular sangre fría, un gran valor y sincero afán en contribuir a la libertad de Cuba” (Ibíd. Pág23).
El Journal envía entonces a uno de sus reporteros a que la ayudara a escapar y la trajera a Nueva York, donde su dueño y todos sus lectores, así como el mismo presidente de la república, la esperaban con vítores y manifestaciones de admiración. Una noticia exagerada que no sólo permitió que el pueblo leyera este periódico, incrementando las ganancias de Hearst, sino que fomentó la rivalidad entre España y Estados Unidos, donde una “líder de la revolución”, que buscaba la liberación de Cuba del yugo europeo, escapó con la ayuda de un norteamericano y que además, era tratada como una heroína en ese país. Pérez-Cisneros comenta entonces que “Mas, al azuzar la animosidad existente entre Estados Unidos y España, acentuó el progresivo deterioro de las relaciones entre los dos países y contribuyó, sin duda, a agravar el clima de guerra que ya venía imperando y que era justamente lo que Hearst buscaba”(Ibíd.Pág25). Lo mismo ocurre con el ataque al barco estadounidense Maine, en costas de Cuba, donde la prensa insistía en que los responsables habían sido los españoles y que por tanto debía declarársele la guerra. Así es como Estados Unidos interviene en la independencia cubana y la transforma en la guerra Hispanoamericana.
A partir del caso de Evangelina Cisneros se puede observar como con fines de lucro, la prensa es capaz de tergiversar los hechos, manipulando a la población para que crea sus versiones y para que actúe de acuerdo al criterio de la realidad que tiene el medio. Cuando Hearst azuzó los odios entre Estados Unidos y España, considerando a este último como el enemigo, enardeció a la población e incitó a la guerra, apoyando a la independencia cubana y tratando a los líderes de la revolución como héroes. Esta percepción, fue creada para atraer la atención del lector, pero se impone fomentando el rechazo colectivo a la hegemonía española. Exagerando los hechos y creando declaraciones que jamás fueron dichas, la prensa amarilla va a jugar con las expectativas del público, aprovechándose de ellas para aumentar la cantidad de periódicos vendidos a través de la apelación a su sensibilidad, a sus emociones y en este caso, además, a la identidad nacional, utilizándola como fundamento para crear y apoyar la guerra Hispanoamericana, como una forma de salvar la civilización del régimen español.
Pérez-Cisneros, E (1997). En torno al “98” cubano. Editorial Verbum. España. Versión digitalizada en: http://books.google.com.co/books?id=0sOxvXqJR9MC&pg